JORNADES PER UNA NOVA CULTURA DE L’AIGUA
(Alcoi, setembre-octubre de 1999)
Programes Integrats de Gestió de la Demanda d'Aigua.
Antonio Estevan
Alcoi, 25 de setembre de 1999
ÍNDICE
1. DEFINICIÓN, OBJETIVOS Y ALCANCE DE UN
PGDA. *
2. PRINCIPIOS METODOLÓGICOS PARA EL DESARROLLO
DE UN PGDA *
3. VENTAJAS DEL ENFOQUE GDA *
3.1. Aspectos hidrológicos *
3.2. Aspectos económicos *
3.3. Aspectos medioambientales *
4. OBSTÁCULOS PARA LA INTRODUCCIÓN
DE POLÍTICAS GDA *
4.1. Obstáculos jurídico-institucionales
*
4.2. Obstáculos técnicos *
4.3. Obstáculos económicos *
5. ESTRATEGIAS DE APOYO A LAS POLÍTICAS
GDA *
5.1. Regulación del ajuste uso/calidad en las
aguas urbanas *
5.2. Promoción de las políticas de ahorro
y eficiencia *
5.3. Condicionalidad en las inversiones hidráulicas
*
5.4. Asociación de la política de aguas
urbanas a la política energética *
6. CONCLUSIÓN *
ANEXO I: Referencias sobre Gestión
de la Demanda y Conservación del Agua *
ANEXO II: Direcciones en Internet
sobre Gestión de la Demanda y Conservación del Agua *
BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTACIÓN
*
1.
DEFINICIÓN, OBJETIVOS Y ALCANCE DE UN PGDA.
El concepto de "Gestión de la Demanda" contempla el conjunto
de actividades que permiten reducir la demanda de agua, mejorar la eficiencia
en el uso y evitar el deterioro de los recursos hidraúlicos. La
Gestión de la Demanda de Agua (GDA), y el concepto más global
de la Conservación del Agua, del que la GDA constituye una parte
fundamental, extienden su campo de análisis tanto hacia las raíces
técnicas y socioculturales de la generación de la demanda,
como hacia la protección de los ecosistemas acuáticos naturales
que proporcionan el suministro de agua.
En el enfoque hidrológico de oferta tradicional, firmemente asentado
todavía en el panorama hidrológico europeo, el abastecimiento
urbano es contemplado esencialmente como una actividad de producción
y distribución de agua potable, orientada a satisfacer una demanda
que se considera como una variable independiente en el marco del sistema
de abastecimiento, y que normalmente es creciente en el tiempo. El sistema
de abastecimiento se enfrenta a una demanda creciente sobre cuya
configuración no puede intervenir: simplemente tiene que satisfacerla,
aplicando para ello crecientes inversiones de capital y tecnología,
en paralelo con el aumento de la demanda y, sobre todo, con la rarificación
de los recursos naturales disponibles.
El enfoque de la Gestión de la Demanda, por el contrario, parte
de la idea de que la demanda cuantitativa de agua no es sino la expresión
física (hidráulica) de una necesidad más profunda,
que es la que los ciudadanos tienen de disponer de determinados servicios
hidráulicos (alimentación, aseo, lavado, limpieza, riego,
etc.) en condiciones adecuadas de garantía y eficacia. En función
de cúales sean los criterios y las técnicas aplicadas a la
prestación de esos servicios hidráulicos, se originarán
diferentes demandas cuantitativas y cualitativas de agua. La demanda de
agua deja de ser, en consecuencia, una variable independiente ante la que
se enfrenta el sistema de suministro, para pasar a ser una variable susceptible
de ser modificada en el contexto de la gestión global del sistema.
Un Programa de Gestión de la Demanda de Agua (PGDA) es un ejercicio
de planificación estratégica de la gestión hidrológica
desarrollado fundamentalmente desde el lado de la demanda, entendiendo
la "demanda urbana de agua" como el conjunto de agentes que operan en la
distribución y el consumo desde el momento en que el agua en alta
llega a la ciudad.
El objetivo genérico de un PGDA es el de asegurar a medio y largo
plazo el abastecimiento urbano de agua bajo las siguientes condiciones:
-
Minimizar la extracción de recursos naturales de agua para usos
urbanos.
-
Satisfacer las diversas necesidades de servicios hidráulicos
urbanos.
-
Ajustar la calidad del agua a las exigencias de cada uso.
-
Elevar los niveles de garantía del suministro a través
del aumento de la eficiencia en la distribución y la utilización,
y no del aumento de dotaciones.
-
Distribuir equitativamente los costes del sistema entre los abonados.
-
Mantener el equilibrio económico y financiero de las entidades
abastecedoras.
Con estos objetivos, las intervenciones que se articulan en el marco de
un PGDA se centran en la optimización de la utilización final
del agua mediante actuaciones muy diversas, muchas de ellas desarrolladas
a microescala.
Un PGDA puede redactarse para cualquier ámbito sectorial de demanda
de agua, ya sea agraria, urbana o industrial, y a escalas territoriales
diversas (regional, metropolitana, local). En cualquier caso, para asegurar
la viabilidad de un PGDA es importante que exista un organismo responsable
de la gestión del suministro en el conjunto del área cubierta
por el plan, y que, o bien sea este mismo organismo el que redacte su propio
plan, o bien asuma plenamente los objetivos y programas de actuación
del mismo, en el caso de que el plan sea redactado por una instancia superior.
En la medida en que en España el abastecimiento urbano de agua
es de competencia municipal, los Ayuntamientos -o las empresas de servicios
en las que estos delegan en muchas ocasiones el abastecimiento- son las
entidades llamadas a diseñar y aplicar los Programas de Gestión
de la Demanda Urbana de Agua, que pueden convertirse en una herramienta
de gran utilidad para la gestión del agua urbana a medio y largo
plazo.
2.
PRINCIPIOS METODOLÓGICOS PARA EL DESARROLLO DE UN PGDA
Un PGDA de carácter urbano puede articularse de un modo similar
al que se muestra en el esquema que se incluye al término del presente
apartado. Todos los aspectos de un PGDA deben estar referidos a horizontes
temporales claramente establecidos, que normalmente serán de medio
y largo plazo (normalmente, un mínimo de 5 y un máximo de
20 años).
La primera fase en el desarrollo de un PGDA es la de la formalización
de objetivos generales, que deberán inspirar todo el desarrollo
posterior de los programas sectoriales y las actuaciones concretas. Los
objetivos expresados a este nivel inicial -esencialmente político-
son de naturaleza muy genérica: establecimiento de cotas máximas
de consumo global en diferentes horizontes, niveles mínimos de calidad,
etc..
La segunda fase tiene por objeto establecer el diseño estratégico
del PGDA. Para ello, es necesario identificar con claridad las líneas
o directrices básicas de actuación. Estas directrices deberán
inspirar los distintos programas de intervención que se definirán
posteriormente como base operativa del PGDA. La definición de cada
línea básica de actuación debe ir acompañada
del estableciento de metas estratégicas a perseguir en su ámbito
de referencia: cantidades y calidades de agua por usos, rendimientos en
distribución y facturación, objetivos de ahorro voluntario
de agua, índices de eficiencia en los puntos de uso, niveles de
depuración y porcentajes de reutilización.
En la tercera fase se desarrolla el diseño operativo del PGDA,
en el que deben quedar claramente definidos los programas de intervención,
que cabe clasificar en horizontales y sectoriales.
Los programas horizontales afectan al conjunto del sistema y son acometidos
directamente por la entidad responsable del abastecimiento. Algunas de
las actuaciones contempladas en estos programas son bastante habituales
en la gestión de los abastecimientos urbanos en España: mejora
de infraestructuras de distribución y depuración, campañas
ciudadanas, tarifas incentivadoras del ahorro.
Los programas sectoriales, por el contrario, son característicos
del enfoque de Gestión de la Demanda, y han sido muy escasamente
aplicados en España hasta el momento actual. Se centran en la mejora
de la eficiencia en la utilización, y para su puesta en práctica
requieren la colaboración directa de los usuarios.
El consumo de agua urbana es realizado por diferentes grupos o sectores
de usuarios, con pautas y formas de consumo específicas. Para mejorar
su eficiencia requieren intervenciones igualmente específicas. La
delimitación sectorial idónea en cada PGDA presenta rasgos
comunes para cualquier situación urbana (p. ej., siempre hay un
gran sector doméstico, evidentemente), pero también grandes
diferencias, dependiendo de la especialización económica
o productiva, de la estructura urbana, y de otros muchos factores. Salvo
en casos especiales, la estructura básica de los programas de eficiencia
en la utilización en un PGDA debe ser siempre sectorial, pues de
otro modo será muy difícil gestionar las intervenciones,
y conseguir una participación activa de los usuarios.
Cada programa sectorial deberá partir de un análisis de
la situación actual en su sector de referencia, y de una evaluación
de su grado de alejamiento respecto de aquellas de las metas estratégicas
establecidas anteriormente, que sean de aplicación en ese sector.
A partir de ese contraste, y de las restricciones de tipo técnico,
económico, socio-cultural, etc., que se detecten, cada programa
sectorial debe establecer aquella combinación de instrumentos de
intervención que se identifique como más adecuada y viable
para cada sector, desarrollándola con detalle en una serie de metodologías
de actuación, subprogramas para subsectores concretos, tipificación
de medidas aplicables, etc..
Todos los programas operativos, tanto horizontales como sectoriales,
deben ser programas de intervención en sentido estricto, esto es,
deben constar de actuaciones bien definidas técnicamente, con las
inversiones necesarias y otros costes de realización presupuestados
en términos precisos, para dar paso inmediato a su ejecución
directa o a su contratación a terceros.
Una vez definidos los programas de intervención, y evaluados
sus costes, la problemática económico-financiera del PGDA
debe ser objeto de un cuidadoso análisis. Hay que tener en cuenta
que la aplicación de un PGDA persigue, como objetivo de fondo, alcanzar
un cierto grado de moderación en el consumo urbano de agua. Por
consiguiente, su ejecución no sólo implicará determinados
costes que será necesario financiar, sino que también influirá
notablemente sobre los ingresos de las entidades responsables del abastecimiento.
De hecho, el conjunto de la estructura económico-financiera de una
entidad abastecedora puede experimentar considerables transformaciones
como consecuencia de la aplicación en profundidad de un PGDA.
Como es habitual en los procesos de planificación, el programa
económico-financiero se desarrolla de modo interactivo con los programas
horizontales y sectoriales. Recibe de ambos la información de costes
e ingresos, y retroalimenta su diseño señalando las restricciones
o nuevos márgenes de actuación que se puedan derivar de los
escenarios económico-finanacieros previsibles.
Finalmente, los PGDA deben dotarse de herramientas de información
y regulación normativa que permitan disponer de los datos necesarios
para el seguimiento de los resultados, y que faciliten la conversión
de las reducciones de consumo conseguidas en ahorros estructurales de agua.
Estos son los objetivos de las Bases de Datos del Agua y de las Normativas
de Eficiencia Hidráulica, respectivamente.
La cuarta fase, que aparece sólo nominalmente recogida en el
esquema, corresponde a la implementación o ejecución del
PGDA. La aplicación de los programas operativos de los PGDA debe
integrarse plenamente en los procedimientos de gestión de las empresas
abastecedoras. Ello suele exigir la introducción de considerables
transformaciones no sólo en la estructura organizativa de las entidades,
sino también en su cultura corporativa. Desde la imagen tradicional
de la empresa distribuidora de agua canalizada es necesario ir pasando
a la de una entidad suministradora de una amplia gama de servicios relacionados
con el agua: abastecimiento, por supuesto, pero también información,
formación, asesoría y asistencia técnica para la mejora
de la eficiencia, etc..
ESQUEMA GENERAL DE UN
PROGRAMA DE GESTIÓN DE LA DEMANDA DE AGUA
3.
VENTAJAS DEL ENFOQUE GDA
El enfoque GDA ofrece, en varios aspectos, importantes ventajas sobre
los tradicionales enfoques de abastecimiento que se enfrentan pasivamente
a la evolución de la demanda.
3.1.
Aspectos hidrológicos
Mediante las técnicas GDA se pueden conseguir notables
mejoras en lo que se refiere a la funcionalidad de los servicios de abastecimiento
de agua:
-
Mejoras en la calidad del agua.
Al disminuir las necesidades cuantitativas de agua, se puede
renunciar al uso de las fracciones de menor calidad de las dotaciones disponibles,
que suelen mezclarse en los sistemas de abastecimiento con las aguas de
mejor calidad. Esta mejora de la calidad puede llegar a ser muy elevada
en las ciudades que implantan dobles redes de cobertura universal, lo que
permite distribuir para usos humanos directos exclusivamente el agua de
la máxima calidad y garantía.
-
Mejoras en la regularidad y el nivel de
servicio de las redes.
Las técnicas GDA conducen
a una distribución más equilibrada de las cargas sobre las
redes: aplanan las curvas de demanda, estabilizan las presiones, etc. Con
ello mejoran los niveles de servicio de los sistemas de abastecimiento.
-
Mejoras en la garantía de suministro.
El agua ahorrada es un suministro
seguro. No depende de la climatología, ya que las sequías
no afectan a los sistemas de ahorro y eficiencia hidráulica: los
dispositivos e instrumentos de control y regulación siguen funcionando.
Antes al contrario, los sistemas GDA constituyen instrumentos del máximo
valor estratégico para aplicar los programas de emergencia derivados
de situaciones de sequía.
3.2.
Aspectos económicos
En el plano económico cabe señalar también importantes
ventajas:
-
La GDA permite reducir las inversiones públicas en infraestructuras
hidráulicas.
Al reducirse las necesidades de agua en alta se reducen paralelamente
las necesidades de inversión en regulación y transporte.
En el final del ciclo se obtiene una similar economía de inversiones:
los posibles déficits de infraestructuras de depuración pueden
ser resueltos de modo más económico con técnicas GDA
que con nuevas inversiones en tratamiento.
-
El precio del agua obtenida mediante técnicas GDA es altamente competitivo.
Es bien sabido que las inversiones en obras hidráulicas de
regulación están desde hace décadas en fase de rendimientos
decrecientes. Por el contrario, las inversiones en GDA están prácticamente
por empezar, y habitualmente se encuentran oportunidades de ahorro y eficiencia
a costes muy reducidos.
-
El enfoque GDA abarata el suministro para el
conjunto de los usuarios.
Si se aplican adecuadamente los criterios de sentido económico
para la selección de inversiones en GDA, se reduce el coste del
servicio para los usuarios, en la medida en que la reducción del
consumo compensa con creces las inversiones, tanto las privadas, como las
colectivas que se proyectan sobre las tarifas.
-
El reparto de cargas económicas entre
los usuarios es más equitativo.
Los Programas GDA suelen llevar asociados programas de modificaciones
de las estructuras de tarifas que premian a los usuarios que se suman al
Programa (los cuales reciben también ayudas técnicas para
implementar medidas de eficiencia), mientras penalizan severamente a los
usuarios que se mantienen al margen.
-
Las inversiones GDA son altamente generadoras de empleo
Las inversiones en GDA son, por su propia naturaleza, mucho más
intensivas en empleo que las inversiones en infraestructuras de regulación
y transporte.
3.3.
Aspectos medioambientales
Por último, en el plano medioambiental cabe destacar las siguientes
ventajas:
-
El enfoque GDA reduce la presión sobre
los recursos naturales de agua.
Obviamente, al disminuir las necesidades de agua en una ciudad gestionada
con sistemas GDA, los ecosistemas o recursos hidráulicos naturales
de los que se obtiene el suministro de agua en alta, ya sean superficiales
o subterráneos, soportan una menor extracción de caudal.
-
El enfoque GDA no tiene ningún impacto
ambiental.
Los programas GDA intervienen dentro del sistema de abastecimiento,
por lo que no generan impactos ambientales para obtener nuevos suministros
en alta (nuevos embalses, trasvases, canalizaciones, estaciones potabilizadoras).
En esencia, el enfoque GDA reduce el énfasis en las infraestructuras
con incidencia territorial y ambiental, y lo traslada a la cualificación
de la gestión hidrológica.
-
Los sistemas GDA mejoran los rendimientos de
los procesos de depuración.
El enfoque GDA conduce a la utilización de menos agua por cada
unidad de servicio hidráulico, y por tanto genera una mayor concentración
de los contaminantes en las aguas residuales. Los procesos de depuración
no son sino procesos extractivos: tratan de extraer contaminantes del medio
acuoso en el que éstos están disueltos. En consecuencia,
los rendimientos de los procesos de depuración aumentan con la concentración
de los contaminantes a extraer, como en todo proceso extractivo, y el vertido
final de contaminantes se reduce.
-
La GDA reduce sensiblemente los costes energéticos
asociados al ciclo del agua.
Los programas GDA van recortando los costes energéticos a lo
largo de todo el ciclo: bombeos, potabilización, consumos de agua
caliente, depuración. Algunas de las mejores oportunidades de ahorro
energético, tanto en el ámbito doméstico como en diversos
procesos industriales, se localizan en el uso del agua.
4.
OBSTÁCULOS PARA LA INTRODUCCIÓN DE POLÍTICAS GDA
La experiencia obtenida con ocasión del diseño estratégico
y primeras etapas de implementación de varios Programas GDA en España
en los últimos dos años (Alicante, Calvià, Lanzarote,
Torrejón de Ardoz-Madrid), ha permitido identificar algunos de los
obstáculos que parecen estar frenando la difusión de estos
enfoques en la política hidrológica. En síntesis,
estos obstáculos son los siguientes:
4.1.
Obstáculos jurídico-institucionales
-
No existe un adecuado tratamiento legal de las inversiones en ahorro y
eficiencia que permita a las empresas abastecedoras poner en marcha Programas
de Gestión de la Demanda de Agua sin experimentar graves quebrantos
económicos, debidos a los descensos en la recaudación por
consumo.
-
La prioridad que disfrutan legalmente los abastecimientos urbanos sobre
los recursos disponibles en cada cuenca puede actuar como factor de inhibición
para la puesta en práctica de PGDAs, en la medida en que, en la
mayoría de las cuencas, la ampliación de las dotaciones a
través de la planificación hidrológica es contemplada
por las instituciones responsables de los abastecimientos urbanos como
la alternativa más segura para garantizar el suministro.
-
No existe ningún criterio legal en vigor que exija unos mínimos
de eficiencia en el uso del agua por parte de los sistemas de abastecimiento,
como condición para poder optar a una ampliación de las dotaciones
brutas.
-
No existe normativa que exija la implantación universal de contadores
individuales, excepto para agua caliente, e incluso en este caso se vulnera
de modo generalizado.
-
No existe normativa reguladora de la eficiencia hidraúlica de los
dispositivos y equipos de fontanería y electrodomésticos,
de los sistemas de riego urbano, ni de otras aplicaciones urbanas del agua.
4.2.
Obstáculos técnicos
-
El dominio y la gran experiencia técnica acumulada en materia de
regulación y transporte hidráulicos para la ampliación
de las dotaciones, frente al escaso conocimiento y la ausencia de experiencia
en los enfoques GDA en los estamentos técnicos vinculados a los
abastecimientos urbanos, favorece la continuidad de las políticas
de oferta y ampliación de dotaciones.
-
La parcelación de los saberes y la estanqueidad entre las diversas
áreas de conocimiento que caracterizan al moderno desarrollo científico,
dificultan la progresión de aquellos enfoques que requieren la integración
de elementos culturales, sociológicos, jurídicos, económicos
y técnicos en una única estructura conceptual, como es el
caso de la Gestión de la Demanda de Agua.
-
Los enfoques GDA son sensiblemente más complejos y multidisciplinares
que los enfoques de oferta, tanto desde el punto de vista técnico
como, sobre todo, desde el punto de vista de la gestión. Esta complejidad
puede generar resistencias al cambio en las estructuras de gestión
organizadas en función de las políticas tradicionales.
-
El concepto de consumo estructural de agua no se ha incorporado a los acervos
técnicos de la ordenación del territorio, el urbanismo y
la edificación. En consecuencia, el desarrollo territorial y urbano
no toma en consideración la variable del consumo de agua a la hora
de plantear y seleccionar opciones o alternativas de diseño y actuación.
-
Numerosas entidades abastecedoras carecen de información detallada
sobre los consumos por actividades y otros aspectos de la economía
de los abastecimientos, información que resulta imprescindible para
diseñar los PGDA con suficientes garantías técnicas,
e incluso para poder evaluar a priori los resultados que cabría
esperar de la aplicación de estos programas.
4.3.
Obstáculos económicos
-
Salvo en algunas áreas mediterráneas, y en las zonas servidas
por desalación, los precios del agua en alta son en general muy
bajos, y desincentivan la aplicación de medidas de ahorro y eficiencia.
-
Las importantes lagunas que persisten en la valoración de los daños
ambientales causados por los proyectos hidrológicos de regulación
y transporte falsean los procedimientos de evaluación, favoreciendo
a las alternativas con mayor impacto ambiental frente a las alternativas
ecológicamente más compatibles, como la Gestión de
la Demanda.
-
El traslado, al menos parcial, de los ahorros de inversión pública
en ampliación de dotaciones alcanzables mediante los enfoques GDA,
hacia la financiación pública de estos programas, carece
de cauces presupuestarios y se hace inviable en la práctica.
-
La modificación de las estructuras tarifarias, instrumento que a
menudo resulta imprescindible para la aplicación de los PGDA, suscita
fuertes resistencias políticas, que frecuentemente imposibilitan
su aplicación.
-
En un contexto de bloqueo tarifario, las estructuras de tarifas por bloques,
sin duda convenientes en términos genéricos, pueden desincentivar
los enfoques GDA, en la medida en que ocasionan reducciones del consumo
concentradas en los bloques superiores, cuyos ingresos son vitales para
el equilibrio económico de muchas empresas abastecedoras.
5.
ESTRATEGIAS DE APOYO A LAS POLÍTICAS GDA
En el presente apartado se ofrecen algunos criterios y medidas de carácter
jurídico-institucional que podrían crear un entorno favorable
para el desarrollo de Programas de Gestión de la Demanda Urbana
de Agua en España.
5.1.
Regulación del ajuste uso/calidad en las aguas urbanas
Principios básicos de regulación de la calidad:
-
Aguas para contacto humano directo: aseguramiento de la plena potabilidad
del agua.
-
Resto de aguas urbanas: garantía sanitaria, calidad suficiente para
cada uso.
Actuaciones:
-
Desarrollo de una normativa de ajuste uso/calidad
-
Apoyo institucional al desdoblamiento de redes urbanas.
-
Orientación directa de la depuración terciaria a la reutilización
urbana.
5.2.
Promoción de las políticas de ahorro y eficiencia
Principios básicos:
-
Rebajar progresivamente los estándares de consumo neto por habitante
utilizados en la planificación hidrológica y en el establecimiento
de dotaciones.
-
Regular y homogeneizar la eficiencia en los dispositivos de consumo.
Actuaciones:
-
Desarrollo de una normativa de eficiencia hidráulica urbana, estableciendo
caudales y/o consumos máximos en elementos de fontanería,
electrodomésticos y jardinería.
-
Programas de incentivos para la renovación de equipos e instalaciones.
5.3.
Condicionalidad en las inversiones hidráulicas
Principios básicos:
-
Establecimiento de prioridades de inversión pública en el
ciclo del agua urbana, con el siguiente orden:
-
Reducción de pérdidas de distribución
-
Mejora de la eficiencia en la utilización
-
Reutilización urbana del agua
-
Aumento de dotaciones en alta
-
Establecimiento de objetivos mínimos de gestión en cada fase.
Actuaciones:
-
Regulación normativa del principio de condicionalidad de las inversiones
públicas en una determinada fase del ciclo, a la consecución
de los objetivos mínimos de gestión en las fases de mayor
prioridad.
5.4.
Asociación de la política de aguas urbanas a la política
energética
Principio básico:
-
Minimizar el consumo de energía a lo largo del ciclo urbano de agua
(transporte, potabilización, distribución y presurización,
consumo de agua caliente, depuración).
Actuaciones:
-
Establecer objetivos de ahorro energético asociados a todo el ciclo
hidráulico urbano.
-
Introducir la optimización energética como criterio de selección
de inversiones.
6.
CONCLUSIÓN
Como se ha podido comprobar en los lugares en que se cuenta ya con la
suficiente experiencia de aplicación, el enfoque de la Gestión
de la Demanda -y su proyección, junto con las políticas de
protección de los ecosistemas acuáticos naturales, hacia
el concepto más amplio de la Conservación del Agua-, representa
una considerable ruptura con los enfoques convencionales de gestión
de los abastecimientos urbanos.
El incremento constante de las demandas urbanas de agua en un contexto
general de rarificación de los recursos hidráulicos naturales
-y sobre todo de los recursos de calidad- exige una continua intensificación
de capital y tecnología en los sistemas globales de abastecimiento,
tanto para ampliar las dotaciones en alta como para asegurar la calidad
a partir de recursos cada vez más deficientes. Un proceso de esta
clase está necesariamente afectado por varios tipos de límites,
algunos de los cuales se están manifestando ya con claridad en numerosos
lugares de España.
En primer lugar aparecen los límites ecológicos de carácter
local, en forma de crecientes resistencias sociales a la ampliación
de las infraestructuras de regulación y transporte. El impacto ambiental
no es, en definitiva, sino una construcción social. Las crecientes
exigencias legales en materia de reducción de los impactos ambientales
son la expresión institucional de un creciente rechazo sociocultural
de la población hacia la intensificación del deterioro ambiental.
La ampliación de la "huella hidráulica" de las ciudades,
que en ocasiones se extiende a cientos de kilómetros de los puntos
de consumo, suscita un creciente rechazo social, que hace cada vez más
difícil la captación y regulación de nuevos caudales.
Dentro también del plano ambiental, comienza a aparecer un segundo
conjunto de límites, esta vez de carácter global. La intensificación
en capital y tecnología de los sistemas de abastecimiento conlleva
un vertiginoso incremento de los consumos energéticos asociados
al ciclo del agua. En un sistema con fuerte dependencia de bombeos de gran
cota para los suministros en alta (o más aún, de desalación),
con importantes necesidades de potabilización, con una distribución
topográficamente compleja, con elevados consumos de agua caliente,
y con elevados estándares de depuración, el ciclo del agua
se puede convertir en el principal renglón del consumo energético
de una comunidad, después del transporte. En la actual situación
de creciente preocupación hacia el cambio climático derivado
del efecto invernadero, una evolución de este tipo es insostenible
a largo plazo. Además, el propio cambio climático puede retroalimentar
el proceso, al generar nuevas dificultades para los sistemas de abastecimiento
(sequías, irregularidad de las precipitaciones) y obligar a nuevas
intensificaciones de capital y tecnología para superar estas dificultades.
Por último, y en buena medida como consecuencia de lo anterior,
los costes económicos de los abastecimientos urbanos presentan una
marcada tendencia al alza, y por más que buena parte de estos costes
se diluyan en los vericuetos presupuestarios y administrativos, o no lleguen
a computarse en las metodologías de evaluación al uso, la
presión sobre las tarifas o sobre los presupuestos municipales es
cada día más evidente, y en algunos lugares ha alcanzado
ya cotas difícilmente superables.
La conjunción de estos límites -y de otros menos evidentes
pero también importantes-, sobre las orientaciones actuales de gestión
de los abastecimientos urbanos, está comenzando a alumbrar la idea
de que un deterioro creciente de la calidad de los servicios de abastecimiento
resulta difícilmente evitable a largo plazo. Esta percepción
es ya algo más que una opinión particular de algunos expertos
aislados: en el primer Congreso Ibérico sobre Planificación
y Gestión de Aguas (Zaragoza, Septiembre 1998) se presentaron algunas
ponencias que se hacían eco de esta preocupación, aportando
datos significativos recogidos en el plano internacional.
Los enfoques de la Gestión de la Demanda y la Conservación
del Agua ofrecen un camino practicable y seguro para eludir los riesgos
de una evolución de este tipo. En el fondo, estos enfoques afrontan
la crisis hidráulica con una filosofía adaptativa, en lugar
de considerarla como un nuevo desafío infraestructural y tecnológico.
En lugar de aplicar criterios tecnológicos y de gestión
diseñados con independencia de las condiciones naturales propias
de cada lugar, plantean la búsqueda de soluciones específicas
para cada lugar y para cada etapa del ciclo hidráulico, diseñadas
en función de las condiciones naturales en presencia. La escasez
de determinados recursos en determinados lugares se afronta, hasta el grado
en que sea posible sin comprometer el bienestar, con actitudes culturales
coherentes y con aplicaciones técnicas orientadas hacia la eficiencia.
El ciclo urbano del agua se contempla, en su conjunto, como un ciclo artificial
derivado de los ecosistemas acuáticos naturales que es necesario
aminorar y cerrar, generando para ello el mínimo impacto ambiental
posible sobre los ecosistemas afectados, tanto acuáticos (retiradas
de caudal y alteraciones de continuidad), como terrestres (ocupaciones
de territorio por infraestructuras) y aéreos (emisiones de CO2).
De este modo, cobran nuevo sentido numerosas intervenciones o alternativas
técnicas que han venido siendo desechadas en la gestión de
los abastecimientos urbanos, y que se extienden a todo lo largo del ciclo.
Muchas de estas alternativas en realidad no son nuevas elaboraciones, sino
adaptaciones a la situación actual de opciones con una larga tradición
en la cultura del agua: utilización selectiva de recursos no potables,
pero aptos para determinados usos concretos, nuevas formas de aljibes u
otros almacenamientos intermedios para usos compatibles, nuevas estrategias
de diversificación de redes por calidades, actualización
de los principios culturales tradicionales de uso consciente del agua,
sistemas modernizados de depuración natural, etc..
Bajo todas estas soluciones, y bajo otras de nuevo cuño que completan
el panorama de la Gestión de la Demanda, subyace la idea común
de jugar a favor y de acuerdo con la Naturaleza, en lugar de vencerla y
dominarla sin condiciones mediante el recurso indiscriminado a técnicas
de supuesta aplicación universal. En realidad, la Nueva Cultura
del Agua, de la que la Gestión de la Demanda y la Conservación
del Agua constituyen expresiones relevantes, no es más que la expresión
hidráulica de la Nueva Cultura Ecológica que, lenta y trabajosamente,
se va abriendo camino en la energía, en los residuos, en la edificación,
en las actividades económicas, en la movilidad, y que, antes o depués,
tenía que llegar al agua.
ANEXO
I
Referencias
sobre Gestión de la Demanda y Conservación del Agua
En el presente Anexo se presenta una breve panorámica
de datos y referencias sobre algunos resultados obtenidos en diversos programas
de gestión de la demanda y conservación del agua. Buena parte
de la información se refiere a los Estados Unidos, dado que este
es el país en el que se han aplicado estos programas de modo más
generalizado. No obstante, se han incorporado también numerosas
referencias europeas.
La finalidad de esta aportación de datos es la
de ofrecer una breve visión de algunas de las posibilidades ya contrastadas
que ofrece la aplicación de estos enfoques en la gestión
de los abastecimientos. Aunque sólo se ejemplifican algunos de los
numerosos tipos de programas sectoriales o parciales que caben en un Programa
GDA, la información se presenta ordenada según la estructura
más generalizada en estos programas: actuaciones en infraestructuras
de distribución, ahorro de consumos, eficiencia en la utilización
y sustitución de recursos.
I. PROGRAMAS DE INFRAESTRUCTURAS.
1.1. Mejora del rendimiento en redes
1.1.A. Redes con elevados rendimientos. Algunas referencias
en Europa.
-
En el área servida por la compañía Southern
Water (Condados de Kent, Sussex y Hampshire, así como la isla de
Wight, con 1,7 millones de habitantes), el rendimiento medio en 1995/6
era del 86,8%. Southern Water es actualmente propiedad de la empresa pública
escocesa Scottish Power. La compañía Anglian Water, que sirve
a 5 millones de abonados en el este de Inglaterra, alcanzó rendimientos
similares, con un 86,6 %. (Young, 1997).
-
En el área servida por la compañía Lyonnaise
des Eaux (13 millones de Hab.), el rendimiento en 1996 era del 83% (Environment
Agency/NRA 1995-97). Rendimientos de este orden, y superiores, son comunes
en amplias zonas de Alemania, Dinamarca y otros países europeos.
(Del Moral et alt. 1998).
-
En la ciudad de Alicante, el rendimiento hidráulico
ha pasado del 80,5% en 1991 al 85,8% en 1995. (Estevan y Ballesteros, 1996).
-
El borrador de Anteproyecto de Ley de Abastecimientos de
Agua de Andalucía establece en su Artículo 16.5 que "en ningún
caso se podrán computar como pérdidas más del 15%
del volumen total de recursos que llegan a los depósitos municipales
o directamente a la red" (Junta de Andalucía, 1997).
1.1.B. La economía de la reducción de fugas.
Referencias en Estados Unidos (1$ USA=150 Pts.)
-
El Departamento de Recursos Hidraúlicos de California
estimaba en 1992 que el coste medio del M3 recuperado en los
numerosos programas de detección y reparación de fugas emprendidos
en las ciudades de ese estado era de 153 $/Mgal (dólares por millón
de galones), lo que equivale a unas 6 Pts/M3. (RMI, 1994a).
-
En Boston se abordó en 1988 la revisión, reparación
y nueva programación del mantenimiento de los cerca de 2.000 Km.
de grandes conducciones de agua de la ciudad. En los primeros dos años
de funcionamiento del programa se logró un ahorro de más
10 millones de M3 anuales (RMI, 1994a).
-
El programa de Nueva York, iniciado en 1989 por el Departamento
de Protección Ambiental de la Ciudad de Nueva York en el marco de
un programa integrado de gestión de la demanda, se planteó
el objetivo de revisar los 10.000 Km. de principales conducciones de la
ciudad. En el primer año de trabajo se localizaron y sellaron fugas
que estaban generando pérdidas de 125 millones de M3
anuales. La estimación de costes del programa indicaba un coste
medio de 95 centavos por cada 100 pies cúbicos de agua conservada,
equivalentes a unas 5 pesetas por M3, confirmando de este modo
el orden de magnitud de las estimaciones californianas y la gran rentabilidad
de este tipo de programas (RMI, 1994a).
1.2. Universalización de contadores individuales
-
En Sevilla, la empresa municipal de abastecimientos esperaba
reducir el consumo global de la ciudad del orden del 11% mediante el programa
de instalación de contadores individuales iniciado en 1996 (EMASESA,
1995). Los resultados de los primeros barrios que han sido equipados indican
unos niveles de reducción del orden del 25% para los consumos domésticos
(Aguado, 1998).
-
Las grandes ciudades españolas con plena cobertura
de contadores individuales y precios del agua medios o altos (para el contexto
español) son las que presentan menores consumos domésticos.
Así, por ejemplo, una encuesta realizada en Las Palmas de Gran Canaria
en 1993 (Calero, R. et alt, 1994) arrojaba unos consumos netos en usos
interiores de 118,9 litros/persona y día. En Alicante, una encuesta
realizada entre enero de 1995 y junio de 1996 arrojaba unos consumos netos
de 105,2 litros por persona y día en el trimestre mínimo
y de 114,1 litros en el trimestre máximo (Gómez, J.A., 1996).
-
El programa de Nueva York (N.Y. Universal Metering Program),
contaba con alcanzar ahorros de entre un 10 y un 30%, según el tipo
de usuario. El programa pretende alcanzar la plena cobertura de la ciudad
a finales del siglo (RMI, 1994a).
-
El programa de Denver, que incluye la instalación
de 87.000 nuevos contadores antes de 1999, con un coste de 20 millones
de dólares, fué adoptado tras calcular que permitiría
obtener agua mediante ahorro a un coste netamente inferior al derivado
de la construcción de un nuevo embalse (USEPA, 1995).
II. PROGRAMAS DE AHORRO
2.1. Animación sociocomunitaria
-
El programa "Zaragoza, ciudad ahorradora de agua", puesto
en marcha en 1997 por la Fundación Ecología y Desarrollo,
en el marco de un programa LIFE de la Unión Europea, está
experimentando un amplio conjunto de acciones de animación comunitaria,
en un contexto climático de ausencia de sequía, haciendo
confluir a una multiplicidad de agentes ecónomicos, sociales e institucionales
de la ciudad hacia el objetivo común del uso consciente del agua
(Fundación Ecología y Desarrollo, 1998)
-
Entre las numerosas iniciativas comunitarias emprendidas
en Estados Unidos cabe señalar la creación de "speakers’
bureaus" o fondos de conferenciantes, en los que se integran diversas personas
con buenos conocimientos del tema de la conservación del agua y
adecuadas capacidades oratorias, que están disponibles para dar
conferencias en cualquier tipo de acto relacionado con el agua organizado
en el seno de la comunidad. El primero de estos "speakers’ bureaus" fué
establecido por EBMUD en Oakland, en fecha tan temprana como 1976 (EBMUD,
1996).
-
Existen asimismo infinidad de premios a la conservación
del agua establecidos a todos los niveles, locales, estatales, e incluso
a nivel federal. Por ejemplo, el Plan Director de Conservación del
Agua establecido en 1995 por Denver Water ganó la edición
de 1996 del premio del U.S. Bureau of Reclamation del Departamento de Interior,
uno de los galardones federales más preciados. Son frecuentes los
premios municipales al ahorro de agua en jardines.
2.2. Acciones de demostración
-
Entre las instalaciones piloto de demostración más
difundidas en los Estados Unidos cabe citar los jardines de demostración
de bajo consumo de agua (Xeriscape Demonstration Gardens), y ya en grado
mucho menor, las Water Houses o Casas del Agua. El concepto de "Xeriscape"
fué lanzado en 1980 por Denver Water, entidad que fué también
la primera en organizar un jardín de demostración. En la
actualidad hay decenas, si no cientos, de este tipo de jardines distribuidos
por todo el país. La primera Casa del Agua, y también la
más conocida, fué construída (con ese mismo nombre
en castellano) en 1985 por la Universidad de Arizona en Tucson. Es una
vivienda unifamiliar típica de la zona, a la que se le dotó
de todos los sistemas disponibles de eficiencia, e incluso de autonomía
hidraúlica (Denver Water, 1996).
-
Entre las iniciativas de conservación emprendidas
por instituciones a título de demostración a gran escala,
destacan las abordadas por algunas universidades. Uno de los primeros programas
de este tipo fué el iniciado en 1986 por la Universidad de California
en Northridge, que en 1995 había permitido reducir el consumo global
de la Universidad en un 24 por ciento (University of Pennsylvania, 1996).
III. PROGRAMAS DE EFICIENCIA
3.1. Ámbito doméstico (usos interiores)
-
En 1992 se promulgó en Estados Unidos la "Energy Policy
Act", que englobaba un paquete legislativo en el que se incluía
la Ley Nacional de Eficiencia de los Productos de Fontanería. La
nueva ley federal prohibía, a partir del 1 de Enero de 1994, la
venta de inodoros con más de 1,6 galones por descarga (unos 6 litros),
frente a los 3,5 de los inodoros corrientes en los años ochenta,
y los 5 o hasta 7 galones de las cisternas más antiguas. Asimismo
prohibía la venta de cabezales de ducha y grifos de lavabo y fregadero
con flujos de agua superiores a 2,5 galones por minuto (9,5 litros) operando
a una presión de 80 psi (5,4 atmósferas). Los cabezales de
ducha tradicionales consumían una media de 5,4 galones por minuto,
y los grifos de ducha y lavabo del orden de 5 y 3 galones por minuto, respectivamente.
(EPAOW, 1998).
-
La American Water Works Association estima que al finalizar
el primer cuarto del siglo XXI, mediante la aplicación de la nueva
legislación, la generación actual de equipamiento de fontanería
habrá prácticamente desaparecido, y que los 121 galones diarios
(460 litros) que un hogar americano medio (2,63 personas) gastaba en 1993
en inodoros, duchas y grifos, se habrán reducido a unos 55 galones
diarios (210 litros), sin incluir lavadoras ni lavaplatos (AWWA, 1993).
3.2. Jardinería
-
En 1981, Denver Water, la compañía pública
abastecedora del área metrolitana de Denver, capital del estado
de Colorado, lanzó la primera campaña organizada de ahorro
de agua en el riego de jardines. Como lema de la campaña acuñó
un término afortunado, que se difundiría posteriormente por
todo el país: xeriscape, contracción de la palabra
griega xeros (seco) y la inglesa landscape (paisaje, jardín).
Denver Water basó el concepto de xeriscape en siete principios,
que desde entonces se repiten en prácticamente todos los programas
de reducción del consumo de agua en jardinería (Grapek, 1996):
-
Diseño y planificación previa del jardín.
-
Mejora del suelo mediante adición de materia orgánica
y elementos deficitarios.
-
Reducción del césped, limitándolo a
las zonas de mayor uso o más visibles.
-
Acolchado del suelo con materiales orgánicos.
-
Irrigación con técnicas eficientes, diferenciada
por zonas, y nocturna.
-
Selección de plantas o variedades con necesidades
de agua reducidas.
-
Mantenimiento adecuado y coherente con el aporte limitado
de agua.
-
La compañía North Marin Water District (NMWD),
situada en la costa occidental de la Bahía de San Pablo, al norte
de la Bahía de San Francisco realizó en 1990 un estudio,
financiado por el Departamento de Recursos Hidraúlicos de California,
para examinar la eficiencia hidraúlica de los espacios verdes mantenidos
por contratistas en su zona de actuación, una parte de los cuales
habían sido ya sometidos a modificaciones en el marco de los programas
de eficiencia. El estudio reveló que en los espacios verdes tradicionales
el 90 por ciento del consumo de agua se aplicaba al mantenimiento de las
áreas de césped, pese a que éstas sólo representaban
el 40 por ciento del total. Asimismo se comprobó que los espacios
verdes rediseñados, con el área de césped limitada
aproximadamente a la mitad que en los espacios tradicionales, y gestionados
con técnicas de eficiencia, requerían un 54 por ciento menos
de agua, un 25 por ciento menos de trabajo, un 61 por ciento menos de fertilizantes,
un 22 por ciento menos de herbicidas y un 44 por ciento menos de combustibles
para su mantenimiento (RMI, 1994b).
-
En algunas ciudades españolas, aplicando técnicas
tradicionales de mantenimiento de jardines apoyadas con técnicas
modernas de riego localizado y otras, se han conseguido resultados muy
notables en el uso del agua en jardinería. Así, según
informaciones facilitadas por el Servicio de Jardines del Ayuntamiento
de Alicante, los 1,2 millones de M2 de zonas verdes de que dispone
la ciudad se riegan con 400.000 M3 al año, lo que supone
una media de 331 litros por M2, mientras que consumos tres veces
superiores son frecuentes en ciudades de climatología similar o
más favorable que la de Alicante (Estevan y Ballesteros, 1996).
Las principales causas de esta elevada eficiencia son las siguientes:
-
Los jardines disponen de poca superficie de pradera y la
existente es de especies adaptadas al clima seco.
-
Para cubrir los suelos se utiliza tierra de albero, volcánica,
ladrillo molido y, en menor medida, gravas y rocallas.
-
Las plantas y arbustos son mayoritariamente adaptadas al
clima.
-
El sistema de riego está totalmente automatizado y
se realiza por la noche, con equipos de bajo caudal, microaspersores y
difusores.
3.3. Usos industriales y comerciales.
-
En los Estados Unidos, las medidas de conservación
del agua se generalizaron en los consumos industriales antes que en los
consumos urbanos. En la década de los setenta los consumos del sector
industrial se estabilizaron con una ligera tendencia a la baja, alcanzando
una cota máxima de 47 MGD (Millones de galones diarios). La tendencia
a la reducción se consolidó notablemente en los años
ochenta de modo que en 1990 el consumo era ya de 29,9 MGD. Las expectativas
actuales indican que hacia principios del próximo siglo el consumo
de agua en el sector industrial en Estados Unidos puede haberse reducido
prácticamente a la mitad respecto al máximo alcanzado en
1970 (USGS, 1996).
-
El Informe Dobris II de la Comisión Europea, recientemente
presentado, indica que una tendencia similar se manifiesta ya también
en Europa, y se explica, al igual que en Estados Unidos, por la combinación
de las medidas de eficiencia con los procesos de deslocalización
industrial.
-
En España cabe encontrar también ejemplos recientes
de importantes reducciones de consumo en algunos sectores industriales.
Así en el sector de bebidas y lácteos de Alicante, las dos
principales empresas, que representaban por sí solas el 75% del
consumo sectorial, en los últimos cinco años han tomado importantes
medidas de reestructuración para mejorar la eficiencia en el uso
del agua, con lo que han conseguido ahorros de entre un 30 y un 40 por
ciento. Las principales medidas han consistido en la recirculación
del agua en los sistemas de refrigeración, así como en los
sistemas de lavado de envases (Estevan y Ballesteros, 1996).
-
Entre las actividades de servicios, cabe destacar en Estados
Unidos la iniciativa WAVE (Water Alliances for Voluntary Efficiency), promovida
por la EPA para fomentar la introducción de medidas de eficiencia
en el sector hotelero. Los hoteles o cadenas hoteleras que se asocian a
esta organización reciben el apoyo de la EPA en forma de asesoría
técnica, publicidad y otras medidas. En 1995 estaban integrados
en WAVE un total de 584 propietarios de hoteles de todo el país
(incluyendo a cadenas como Hyatts o Sheraton), que controlaban más
de 210.000 habitaciones (USWN, 1995).
IV. SUSTITUCIÓN DE RECURSOS
4.1. Reutilización de aguas depuradas
-
La reutilización de aguas depuradas se generalizó
en los Estados Unidos a partir de mediados de los años ochenta.
En 1995, el récord nacional de reutilización lo ostentaba
la ciudad de St. Petersburg, en Florida, que satisfacía el 30% de
sus necesidades (230.000 M3/día) con agua reciclada.
El programa de Los Angeles ("Water for a dry land") contempla la reutilización
de 2 HM3 diarios para finales del siglo.
-
En España, la reutilización de aguas urbanas
depuradas se ha orientado masivamente hacia el riego de campos de golf,
sobre todo en las zonas turísticas (Costa del Sol, Baleares, Canarias),
y frecuentemente con aguas depuradas de modo bastante precario. De este
modo, la reutilización no se ha traducido en una reducción
apreciable de los consumos urbanos de agua en alta (Estevan, 1997).
4.2. Aguas grises.
-
En 1990, la ciudad de Lompoc, en California, fué la
primera en regular el uso de aguas grises -definidas como las aguas domésticas
que no pasan por el inodoro- para el riego de árboles (incluídos
frutales), matorrales y arbustos ornamentales, pero no para el riego de
césped ni de hortalizas (USEPA, 1995). Pronto otras ciudades comenzaron
a promulgar ordenanzas similares. Ante la proliferación de ordenanzas
municipales, en 1992 el gobierno de California se decidió a autorizar
y regular el uso de aguas grises en el conjunto del estado. Posteriormente
le han seguido otros gobiernos estatales, con lo que los equipos de acondicionamiento
y filtrado de aguas grises para uso en viviendas unifamiliares están
conociendo una notable difusión en todo el país.
4.3. Aguas salobres
-
El progresivo ajuste de la calidad del agua a los diferentes
usos ha determinado que en los Estados Unidos, entre 1985 y 1990, el tipo
de agua cuyo uso ha crecido más en términos porcentuales
es el agua subterránea salobre, con un incremento del 87% (USGS,
1996).
-
En España se encuentran algunos ejemplos de uso de
este tipo de aguas en aplicaciones urbanas. En la ciudad de Alicante se
utilizan las aguas salobres del acuífero situado bajo la ciudad
para el riego y baldeo de calles, evitando así el uso de agua potable
de la red (Estevan y Ballesteros, 1996).
V. PROGRAMAS INTEGRADOS
-
El primer programa integrado de gestión de la demanda
de agua, que incluía acciones coordinadas en todas las fases del
ciclo del agua urbana, fué promulgado en 1983 en la ciudad norteamericana
de Goleta, localidad costera de unos 75.000 habitantes situada a unos 120
km. al noroeste de Los Angeles, en el condado de Santa Bárbara.
En 1989, el consumo residencial se había reducido a la mitad respecto
a la media de los cinco años anteriores al programa (RMI, 1994a).
Posteriormente, centenares de ciudades norteamericanas aplicaron programas
similares.
-
En España se han diseñado hasta el momento
tres programas integrados de gestión de la demanda de agua: los
dos ya citados de Alicante y Calvià, y un tercero en Lanzarote (Estevan,
1998). El día 1 de julio de 1998 el Ayuntamiento de Calvià
anunció oficialmente la puesta en marcha del Programa GDA-Calvià,
con el compromiso de mantener la demanda en alta de la ciudad, a partir
del año 2001 y hasta el 2007, por debajo del nivel alcanzado en
1997, que fué del orden de 10 HM3. De este modo, Calvià
se convierte en la primera ciudad española que aplica un programa
de este tipo, y que asume a corto y medio plazo el compromiso de no elevar
su consumo de agua, pese al notable crecimiento turístico previsto
para los próximos años.
-
Para lograr este objetivo, la empresa abastecedora municipal
-Calvià 2000, S.A.- se compromete a reducir el consumo unitario
residencial en el año 2001 en un 7% (10% en el 2007), el consumo
unitario turístico en un 10% (15% en el 2007) y el consumo estructural
en un 12% (20% en el 2007). Asimismo se compromete a incrementar el rendimiento
desde el 83,9% alcanzado en 1995 hasta el 87% en el 2001, manteniéndose
posteriormente en este nivel de rendimiento, y a satisfacer con agua reciclada
el 8% del consumo urbano total en el 2001 y el 11% en el 2007. En Octubre
de 1998 ha comenzado la redacción y aplicación de programas
operativos diseñados para alcanzar estos objetivos (Estevan, 1999-).
ANEXO
II
Direcciones
en Internet sobre
Gestión
de la Demanda y Conservación del Agua
WATERWISER
Waterwiser es el centro de intercambio de información
de la American Water Works Assotiation para temas de ahorro y eficiencia
hidráulicas. Ofrece diversos servicios de documentación (incluída
la descarga gratuita de estudios y documentos de la EPA y de otras agencias),
así como conferencias abiertas en red, grupos de noticias, etc..
Desde Waterwiser se puede enlazar con numerosas agencias gubernamentales,
ONG’s, empresas de abastecimiento y otras entidades que trabajan en temas
de conservación del agua. Waterwiser es probablemente la mejor base
para introducirse en el complejo entorno de la eficiencia y la conservación
del agua en los Estados Unidos. La mayoría de los centros seleccionados
a continuación son accesibles desde Waterwiser.
EPAOW- Environmental
Protection Agency, Office of Water
La Oficina del Agua de la Agencia Federal de Protección
del Medio Ambiente norteamericana mantiene una enorme base de datos y estudios
científicos sobre gestión del agua en general y sobre conservación
en particular. Ofrece conexiones con la totalidad de los servicios federales
relacionados con la gestión hidrológica. La mayoría
de los archivos de descarga están en formato PDF, y requieren el
software de Adobe/Acrobat para su visualización.
CUWCC - California Urban
Water Conservation Council
El CUWCC es una organización no gubernamental formada
por más de 130 entidades relacionadas con el abastecimiento urbano
de agua en California, incluyendo empresas de abastecimiento, empresas
suministradoras de equipos o de ingeniería, ONG’s, etc.. Entre la
información que ofrece destaca la descripción de las BMP
(Best Management Practices) acordadas en el seno del CUWCC, que son de
obligada aplicación por parte de todas las empresas de abastecimiento
asociadas, las cuales cubren más del 95 por ciento del abastecimiento
de agua en California.
CDWR - California
Department of Water Resources
El Departamento de Recursos Hidráulicos del Estado
de California ofrece una extensa base de información y datos, en
la que destaca la posibilidad de descargar gratuitamente el texto íntegro
del California Water Plan, así como otros documentos de interés.
EBMUD - East Bay Municipal
Utility District
EBMUD es la agencia de abastecimiento del condado de Contra
Costa y de una parte del de Alameda, en la costa interior de la Bahía
de San Francisco. EBMUD fué una de las pioneras en la aplicación
de Programas GDA. Ofrece interesantes consejos prácticos sobre diversos
temas, así como estudios básicos sobre planificación
de la eficiencia y el ahorro de agua. Otras muchas agencias son accesibles
desde Waterwiser o desde The Utility Connection (ver más abajo).
RMI - Rocky Mountain Institute
El RMI fué uno de los institutos privados pioneros
en el estudio sistemático de las técnicas de eficiencia hidraúlica.
Sus manuales han sido profusamente utilizados en Estados Unidos desde hace
años. El RMI no permite la descarga gratuita de sus documentos,
sino sólo una muestra de sus contenidos, pero ofrece un sistema
muy ágil para adquirir documentación. Los envíos postales
a Europa se demoran unos 15 días.
TUC - The
Utility Connection
TUC es una organización privada que ofrece, entre
otros servicios, enlaces con cerca de 250 empresas de abastecimiento de
agua norteamericanas (incluye también empresas de energía),
y con otras 100 entidades de todo el mundo relacionadas con el abastecimiento
urbano de agua, incluyendo las escasas organizaciones europeas conectadas
a la red.
ENVIRONMENT CANADÁ
La sección del agua del Departamento de Medio Ambiente
de Canadá ofrece interesante documentación sobre los programas
canadienses de ahorro, conservación y eficiencia hidráulica,
así como conexiones a otros centros del país. Destaca la
posibilidad de obtener el National Action Plan to Encourage Municipal Water
Use Efficiency, aprobado en 1994.
WATER PAGES
Water Pages es una organización independiente que
ofrece información acerca del sistema de abastecimiento de agua
urbana en el Reino Unido. Ofrece estadísticas de precios, rendimientos,
etc., e incluye conexiones con las principales empresas derivadas del proceso
de privatización en Inglaterra y Gales, así como con las
empresas públicas escocesas y con los organismos públicos
de control en todo el Reino Unido.
Nota: los cambios de dirección en las páginas
de Internet son frecuentes, por lo que es posible que algunas de las direcciones
reseñadas no sigan en vigor en la actualidad.
BIBLIOGRAFÍA
Y DOCUMENTACIÓN
Aguado, F., 1998. Comunicación personal.
AWWA, 1993 - American Water Works Association. "Residential
Indoor Water Efficiency: The Impact of EPACT". En Journal of AWWA,
Agosto, 1993.
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en Canarias. Impacto en las necesidades de desalación futuras.
Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de
Las Palmas de Gran Canaria.
Del Moral, L, (Coord.) et alt., 1998. El sistema de
abastecimiento de Sevilla: análisis de situación y alternativas
al embalse de Melonares. Universidad de Sevilla.
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EBMUD - East Bay Municipal Utility District, 1996. URL:
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contadores individuales en sustitución de contadores colectivos.
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Estevan, A. y Ballesteros, G., 1997. Diseño
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Madrid.
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demanda de agua en Calvià (Baleares). Agenda Local 21 de Calvià.
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demanda de agua en Lanzarote. Estrategia de Lanzarote en la Biosfera.
Cabildo de Lanzarote (Islas Canarias).
Estevan, A., 1999. Plan de gestión de la demanda
de agua en el municipio de Calvià (Baleares). Calviá
2000, S.A.
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del Proyecto y de los primeros resultados de la campaña "Zaragoza,
ciudad ahorradora de agua". Zaragoza.
Gómez, J.A., 1996. Comunicación personal
Grapek, H.I., 1996. Xeriscape: a Growing Program for
Water Conservation. FortNet. Denver, Colorado. URL: http://www.water.denver.co.gov/
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de Abastecimiento de Agua y Saneamiento de Andalucía. 18 de julio
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a Resource for Utility Managers, Community Planners, and Other Decisionmakers.
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RMI, 1994b - Rocky Mountain Institute. Water-Efficient
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Colorado.
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Cleaner Water through Conservation. Washington D.C. URL: http://www.epa.gov/OW/you/intro.html
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for increased water use efficiency". En U.S. Water News. Abril,
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[La
Carrasca-Ecologistes en Acció] [Ecologistes
en Acció PV] [Confed.
estatal d'Ecologistes en Acció]